Anuncios, programas de vidas ajenas, más anuncios que intentan volcar nuestras mentes atacándonos con propaganda barata y que intentan que caigamos en el consumismo de objetos innecesarios o de la misma telebasura. En la mayoría de los casos consiguen su propósito por medio de actos coloridos y amenos en la propaganda o dejándonos intrigados para que reclamemos la siguiente entrega de dicho programa. De forma paralela se está creando una sociedad de adictos a la telebasura y que parece que es imposible frenar ya que no solo engancha a jóvenes, sino que también atrae a los de mediana edad e incluso a los más veteranos. Por ello, podemos definir la telebasura como un tipo de programación que no contiene los códigos éticos del periodismo y que inculca valores negativos en los telespectadores.
En estos programas se utiliza normalmente un lenguaje soez, se apuesta por la pelea en vez del diálogo como método de comunicación o se manipula la información para confundir a la gente y que cambie su opinión.
A través de lo citado anteriormente, se consigue un respeto omiso de la intimidad personal y se desprecia a las figuras de la autoridad vigentes. Crean grandes programas donde mezclan muchos temas y consiguen que el espectador se trague todo el programa, o gran parte de el, para poder ver lo que en realidad le interesaba. En resumen, somos meras marionetas de la televisión, con sus programas y anuncios (a base de repetición) consiguen que hagamos lo que ellos quieren y en la mayoría de los casos, sin que nos demos cuenta.
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